Scotland’s crannogs older than Stonehenge

 

Impulsado por el deseo de un mejor futuro, para él y su familia, Pedro Paz, un humilde campesino de la comunidad de El Jengibral en el departamento de Santa Bárbara, occidente de Honduras, dejó su hogar y emprendió un viaje, por tercera ocasión, hacia Estados Unidos. Estaba desesperado, dedicó toda su vida al cultivo de frijoles y maíz; pero él, como otros productores de su localidad, perdió casi toda su cosecha en los últimos años por el clima errático de esa región del país.

   

 

Al igual que en las dos primeras ocasiones, Pedro no tuvo éxito en su intento de construir una nueva vida en Estados Unidos y una vez más retornó a Honduras, su futuro seguía siendo incierto y tenía pocas opciones; al menos eso pensaba.

 

En respuesta a los efectos de la crisis climática, el Programa Mundial de Alimentos (PMA o WFP, por sus siglas en inglés), con el apoyo financiero de Cargill se fortaleció la iniciativa en la comunidad de El Jengibral para la cría de tilapias.

 

 “Resiliencia de Medios de Vida - Pequeños Productores y Alimentación Escolar”, es una alianza que propició la creación de una asociación de productores de tilapia, Jengipez, de la cual ahora Pedro Paz es el presidente. Actualmente producen mensualmente más de 3.000 libras de tilapias con las que inicialmente se abastecían a seis escuelas de comunidades aledañas para complementar las meriendas escolares; pero actualmente se abastecen 18 centros educativos.

 

El proyecto ha permitido que personas como Pedro puedan mejorar sus condiciones de vida sin tener que salir del país. A la vez que permite contribuir al fortalecimiento de la educación, seguridad alimentaria y nutricional de muchas comunidades en distintas zonas del occidente de Honduras.

 

 

En total, la iniciativa logró estructurar y fortalecer 12 asociaciones que representan a un total de 160 productores de pescado y huevo. Estas asociaciones con el apoyo del personal técnico del Programa Mundial de Alimentos participaron en programas de formación, y constantemente reciben asistencia técnica, así como las herramientas y equipos productivos para optimizar sus procesos.

 

Para Cargill, empresa cuyo propósito es nutrir al mundo de manera segura, responsable y sostenible, los proyectos vinculados a sistemas de producción pecuaria le permiten colaborar con el desarrollo social, económico y ambiental de las comunidades, además, a proveer seguridad alimentaria, conservar ecosistemas y fortalecer la economía familiar y general del país.

 

“En Cargill sabemos que la resiliencia económica comienza en el campo; al invertir en productores y minoristas locales fortalecemos los mercados, eso permite a la compañía y a la comunidad crecer conjuntamente y garantizar el acceso a la alimentación”, señaló Liliana Barahona, gerente de Responsabilidad Corporativa Cargill Honduras y Guatemala.

 

 

 

“Mediante esta alianza con Cargill, se han beneficiado directamente a muchos productores hondureños, un equipo de técnicos expertos del PMA, han capacitado a 160 pequeños productores siendo el 65% mujeres y estableciendo alianzas de cooperación locales para que lo que ellos producen venga a fortalecer el Programa Nacional de Alimentación Escolar del gobierno de Honduras en más de 93 centros escolares donde las madres preparan alimentos ricos en proteínas como el huevo y el pescado, lo que sin duda fortalece los procesos de aprendizaje de los estudiantes”, manifestó Stephanie Hochstetter directora del Programa Mundial de Alimentos en Honduras.

 

“Resiliencia de Medios de Vida - Pequeños Productores y Alimentación Escolar, basada en productos locales” es uno de los proyectos que forma parte de los compromisos de Cargill con la Alianza para Centroamérica (PCA, por sus siglas en inglés), una coalición de empresas y organizaciones que trabajan para expandir las oportunidades económicas en Honduras, Guatemala y El Salvador.

 

Para este fin, Cargill comprometió 160 millones de dólares en inversiones en los países del norte de Centroamérica. De estos, 10 millones de dólares están siendo destinados a impulsar la seguridad alimentaria y los medios de vida de los productores; la creación y fortalecimiento de MiPymes, la creación de empleos y la generación de ingresos de miles de familias en la región.