Scotland’s crannogs older than Stonehenge

Enclavado entre las montañas de Francisco Morazán, el pequeño caserío de Nuevos Juncales, en el municipio de Santa Lucía, se ha convertido en un ejemplo de cómo el cultivo de flores puede florecer en armonía con el medio ambiente. A través de prácticas sostenibles, como el uso de fertilizantes orgánicos, sistemas de recolección de agua y técnicas de agricultura regenerativa, los productores locales que viven en la zona, han transformado esta actividad en una fuente de ingresos, respetando tanto la tierra como las tradiciones comunitarias.

          

Lejos de las prácticas agrícolas que dañan el suelo y contaminan las fuentes de agua, los más de 60 agricultores han optado por métodos sostenibles: abonos orgánicos, control biológico de plagas, uso eficiente del agua y conservación de la biodiversidad. El cultivo de las flores como: las rosas, crisantemos, margaritas, moños y girasoles crecen con fuerza en parcelas pequeñas, pero llenas de vida, gracias a técnicas que respetan los ciclos naturales y fortalecen el ecosistema local.

 

“Sembrar de esta manera no solo protege la tierra, también nos da tranquilidad de que estamos dejando un legado limpio para nuestros hijos”, nos dijo Raúl Rodríguez, uno de los productores que lidera el cambio hacia la agricultura responsable y sostenible en la comunidad. “Aprendí la siembra de flores desde los 9 años, mis papás se dedicaban a lo mismo y yo pues sigo su tradición y su legado.

 

Asimismo, Rodríguez nos expresó que el esfuerzo colectivo (hombres y mujeres), no solo ha mejorado la salud del entorno, sino también las condiciones de vida de las más de 120 familias campesinas que son beneficiadas. Los ingresos obtenidos por la venta de las flores, tanto en mercados locales como en ferias regionales, representan un sustento digno y una oportunidad para permanecer en sus comunidades sin necesidad de migrar a otros países o a otras regiones del país.

 

“En Nuevos Juncales, cada flor que florece lleva consigo una historia de esfuerzo, amor por la tierra y conciencia ambiental. Y es que aquí, cultivar es también cuidar”, así se expresa entre risas y con una mirada esperanzadora don Raúl, quien está casado y es padre de 4 hijos a, quienes les ha dado sus estudios mediante el cultivo y venta de las flores.

Flores que florecen con conciencia

En Nuevos Juncales, prospera una historia de esperanza, sostenibilidad y trabajo en armonía, aquí hombres y mujeres se levantan desde muy temprano para comenzar el día a día y llevar a cabo su actividad de sembrar, puestos en marcha salen desde sus hogares a pie, caminan entre 20 a 30 minutos hasta llegar a sus parcelas; entre neblina y los primeros rayos del sol se conectan con la naturaleza. En esta hermosa comunidad cerca de la capital de Honduras y aledaña al pintoresco municipio de Santa Lucia; un pequeño grupo de productores locales han encontrado en el cultivo de flores no solo una forma de subsistir, sino también un compromiso con el cuidado del medio ambiente y del planeta.

 

Durante años, el uso de pesticidas y fertilizantes químicos dañó los suelos y contaminó fuentes de agua. Sin embargo, los productores de Nuevos Juncales han iniciado el proceso de transición hacia prácticas más ecológicas. Hoy, la mayoría de las flores cultivadas aquí como las rosas, lirios, girasoles y claveles, entre otras— crecen con técnicas amigables con la naturaleza, cumpliendo su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que es cuidar el planeta y no vernos afectados por el cambio climático.

 

"Sembramos con abonos orgánicos que nosotros mismos preparamos con residuos vegetales y estiércol compostado, gallinaza entre otros", explica Don Raúl, uno de los líderes del comité ecológico de la comunidad. "También usamos barreras vivas y rotación de cultivos para proteger las plantas sin necesidad de químicos agresivos". Un aspecto muy importante es que para preparar el suelo hacemos uso de arado con ganado, y usamos herramientas como el machete, azadón, pala, chuzo, y “Chamchas”, como se conocen en nuestro lenguaje, eso nos permite que la preparación del suelo sea más orgánico, sin el uso de tractores o técnicas que debiliten la tierra.

 

 Ahorro de agua y energía renovable

El riego por Aspersión no es el idóneo por lo que, los agricultores de la zona andan en busca de instituciones o ONGs que les apoyen para ser reemplazado por el método de goteo porque a través de este procedimiento se va reduciendo el consumo de agua hasta en un 60%. Además, muchos invernaderos funcionan hoy con paneles solares, lo que ha disminuido la dependencia de combustibles fósiles y ha generado ahorro económico para las familias.

 

Sin embargo, el sistema de riego en la zona está automatizado y controlado por sensores de humedad en el suelo", que permiten que el sistema por aspersión sea lo más reducido posible, ya que en la zona por ser parte alta hay mucha humedad y un clima muy cálido y agradable”, añadió el productor.

 

Para la Ingeniera Agrónoma Zilhgian Medina, quien ha visitado y vive cerca de la comunidad, " El uso de fertilizantes orgánicos, no solo es bueno para el medio ambiente, también mejora la calidad de las flores, que se desarrollen más sanas". Asimismo, es ideal el uso de abono orgánico para el entorno comunitarios brindando mejor calidad de vida para los habitantes.

 

 

Agricultura con conciencia ambiental    

Una de las iniciativas más destacadas en Nuevos Juncales es la recolección de las semillas, los productores en su mayoría las recogen de las mismas flores, lo que permite que sea una flor autentica y sana. En algunas ocasiones, los agricultores han reservado espacios con flores silvestres nativas para atraer abejas, mariposas y otros insectos esenciales para el ecosistema.

 

"Sin flores, no hay vida. así de simple", señala Mariana Torres, profesora de la escuela local, donde los niños también aprenden sobre sostenibilidad y participan en huertos escolares.

Un ejemplo para otras comunidades

El esfuerzo colectivo de Nuevos Juncales no solo ha mejorado la calidad de vida local, sino que también ha puesto a esta comunidad como referente de agricultura responsable en otras regiones del territorio hondureño que cultivan y comercializan flores. Ya han recibido visitantes nacionales y extranjeros, así como de otras zonas rurales interesados en replicar el modelo.

"La sostenibilidad no es una moda, es una necesidad", concluye Don Raúl. "Y nosotros estamos demostrando que se puede producir con respeto a la naturaleza y con buenos resultados económicos, nos gusta cuidar de nuestro entorno porque así quienes nos visitan se van encantados de ver como nuestra cosecha de flores se divisa desde la entrada a Nuevos Juncales.".

 

El cultivo sostenible de flores en Nuevos Juncales es una historia de compromiso, innovación y esperanza. En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático y la degradación ambiental, comunidades como esta muestran que el camino hacia un futuro más verde está hecho de pequeñas acciones con grandes propósitos.

 

Por: Carmen Barrientos

Diseño: Jazmin Amador