Scotland’s crannogs older than Stonehenge

 

Convencido del producto que tenía en sus manos, Miguel Ángel Cálix Benítez decidió dejar de vender su café de puerta en puerta, en las colonias de Tegucigalpa e ir en busca de su sueño y el de tres generaciones de caficultores.

Nació y creció en medio de los cafetales del municipio de Chinacla, departamento de La Paz. Ahí aprendió el arte del cultivo del aromático y tras años de vender el grano, rompió esquemas al incursionar en el proceso de tostado y envasado, creando su propia marca que bautizó con el nombre “Café de mi Tierra”.

Fue en el año 2012 cuando Miguel Ángel llegó a tocar las puertas de Walmart de México y Centroamérica en Honduras, decidido a dar a conocer su marca a nivel nacional. “Les mostré mi producto y era tanta mi emoción que la persona que me atendió me dijo que podíamos ingresar por un periodo de prueba de seis meses y yo le respondí que solo necesitaba dos meses para demostrar lo que teníamos”, recuerda el emprendedor.

“Yo doy garantía de mi producto porque conozco todo el proceso, desde el semillero, la siembra, la abonada, recolección, el tostado y molido. Este café lleva el esfuerzo de tres generaciones y de personas que, montaña adentro, se esmeran por hacer un trabajo excepcional”, recalca el caficultor.

  

“Café de mi Tierra” se comenzó a vender en la tienda de Walmart Bulevar Fuerzas Armadas de Tegucigalpa, toda la familia Cálix se unió para impulsar el producto dando degustaciones a cada cliente que ingresaba. “Teníamos que demostrar que Walmart no se había equivocado al apostar por nosotros, nos esforzamos para que la gente probara nuestro café y lo comprara, así logramos entrar a Walmart”, expresa Miguel Ángel.

Luego de un año vendiendo “Café de mi Tierra” en una sola tienda de Walmart, la oportunidad se amplió a cinco tiendas más, hasta que un día llegó la llamada que significaría el despegue de la pequeña empresa familiar.

“En el año 2018 me llamaron los encargados del Programa Una Mano Para Crecer de Walmart y me preguntaron que si estábamos en capacidad de abastecer todos los formatos de tiendas a nivel nacional y aunque, honestamente quizás no estábamos preparados, nos brindaron asistencia técnica, acompañamiento, orientación comercial y junto a nuestro esfuerzo, tomamos el reto porque ese era el gran empuje que necesitábamos para dar a conocer nuestro producto en toda Honduras”, recuerda con mucho orgullo.

“A través del programa Una Mano Para Crecer se busca integrar a las PYMES a la cadena de valor y ayudarlos a crecer a través de la capacitación y las oportunidades de negocio, maximizando el impacto social de las actividades productivas”, asevera Mey Hung Murillo, Gerente de Asuntos Corporativos en Honduras y Guatemala.

Al cierre de 2022, en Centroamérica se brindó apoyo a 1,148 PYMES y productores agrícolas, con compras totales de 156.2 millones de dólares que beneficiaron a más de 11,000 familias. En Honduras, 220 PYMES y productores agrícolas forman parte de los programas de apoyo Una Mano para Crecer y Tierra Fértil respectivamente, beneficiando a más de 4,000 familias.

En la actualidad, la empresa familiar “Café de mi Tierra” destina el 80% de su producción para Walmart, lo que se traduce en 11 mil libras de café mensuales. Además de siete miembros de la familia involucrados en la labor, brinda empleo permanente a cuatro personas y trabajo temporal a otras 40.

“Con el apoyo de Walmart hemos logrado trascender a nivel nacional, es una empresa que paga un precio justo por nuestro producto y da un trato humano a los proveedores, ese respaldo ahora nos ha motivado a buscar el mercado internacional y estamos dando los pasos para ello”, concluye Miguel Ángel.